El resultado de la audiencia del miércoles, en la cual se imputó a la madre de un alumno del colegio San José de Calasanz por el delito de intimidación pública, tuvo repercusión en los miembros de la institución, especialmente en el de los compañeros de curso del menor.
Las autoridades informaron que el colegio había identificado al autor la semana siguiente del hecho.
El pasado 18 de mayo, el instituto, ubicado en Italia al 3.300, recibió una amenaza de bomba a través de un llamado telefónico al 911 que los obligó a evacuar a 489 alumnos y 56 docentes mientras la Policía y la División de Explosivos de los Bomberos de la Provincia revisaban el establecimiento. Por el caso fue imputada la madre de V.R.T., un alumno del ciclo superior del secundario. “El grupo está shockeado; era un curso un poco inquieto y con esto que salió quedaron impactados. Ellos están al tanto de todo; les debe sorprender que esto no va a quedar como un juego más”, le manifestaron a LA GACETA la rectora y la vicerrectora del colegio, Viviana Romero y Sonia González.
El miércoles, la mujer dijo que los compañeros de su hijo le agarraron su celular mientras él estaba hablando con un profesor e hicieron la llamada al 911. Ayer, Romero y González confirmaron esto. “Nosotros a la semana siguiente de la amenaza ya supimos quién había realizado la llamada, porque si bien somos muchos, los conocemos. Fue uno de los chicos que tomó el teléfono de su compañero e hizo un llamado”, dijo Viviana.
“Atando hilos”
Según explicaron, descubrieron al responsable a través de averiguaciones internas que hicieron en el colegio. “Nos empezamos a enterar por rumores. Fuimos atando hilos, nos acercamos a ellos para hablar y comenzaron a pisarse entre ellos; así descubrimos la verdad”, contó Sonia.
Tras conocer la verdad, las autoridades se contactaron con el padre del autor de la falsa alarma, quien fue suspendido por dos días, realizó trabajo comunitario según lo indica el acuerdo escolar de convivencia de la institución y fue enviado, junto a nueve compañeros más, al 911 por medio de la Secretaría de Participación Ciudadana.
“Internamente hemos tomado las medidas necesarias. Con los chicos del curso estuvimos trabajando en su momento; al grupo de 10 chicos que fueron al 911 les explicaron cómo trabajan y les hablaron del uso responsable de los recursos a la hora de atender urgencias; entonces ahí ellos tomaron conciencia de lo que es una broma y la importancia del uso de los recursos. Luego ellos hicieron un trabajo sobre eso y fueron por todos los cursos explicándoles lo que habían aprendido”, dijo la vicerrectora.
Romero contó que la semana previa a la amenaza registrada, ya habían tenido un intento fallido. “Fue al toque de timbre de la salida. Vino el 911 a avisarnos pero ya no estaban los chicos en clases, así que los bomberos pasaron a revisar el lugar y por suerte no encontraron nada”, explicó.
Las representantes del colegio también se mostraron sorprendidas al ver que habían imputado a la madre del propietario del celular, ya que el 911 estaba al tanto de quién había ejecutado la llamada. “Nos sorprendió un poco que la responsabilidad recaiga sobre la madre del otro; está bien, era la dueña de la línea telefónica, pero es una cosa de los chicos que entre ellos se sacan los teléfonos”, indicaron.
Cinco amenazas nuevas
Luego de las 14 amenazas recibidas el miércoles y en medio de las seis imputaciones por el delito de intimidación pública, en las cuales cuatro personas terminaron privadas de su libertad y con un embargo de $3 millones, ayer cinco establecimientos de la Capital fueron amedrentados en el lapso de seis horas.
El primer mensaje se registró en el Huerto, colegio que ya acumula siete amenazas en total. Al igual que las otras veces, el alumnado fue evacuado mientras la división de Explosivos revisaba el lugar. Para evitar perder clases, las estudiantes se conectaron de manera virtual para terminar su jornada.
La segunda alerta le tocó al colegio San Carlos, que sufrió su cuarta intimidación. Los alumnos del primario y secundario se trasladaron hacia el parque 9 de Julio y luego de que la Policía informara que no había ningún elemento explosivo volvieron a buscar sus pertenencias.
El tercer blanco fue la ENET N°2. La escuela fue alertada, por quinta vez en menos de una semana, a las 7.40, por lo que llamaron a los bomberos, evacuaron a los estudiantes hacia una cancha de fútbol del establecimiento y una vez que les informaron el resultado negativo tomaron la decisión de reanudar las clases, así que los chicos volvieron a sus aulas. “Que sean cinco amenazas en menos de siete días implica un estrés enorme para la comunidad educativa; los alumnos ya están cansados de esta situación, los chicos están perdiendo clases. Creo que detrás de esto hay personas malintencionadas que buscan desestabilizar el sistema educativo y a la comunidad; no sé qué es lo que buscan pero se está volviendo una psicosis”, dijo el director de la escuela en una entrevista con LG Play.
Cerca del mediodía dos instituciones recibieron amenazas por primera vez. Se trata de los colegios Don Orione y Nueva Concepción. En el primer caso la intimidación llegó vía un mail que advertía la presencia de un artefacto explosivo. Según explicó la directora, Cristina Martín, apenas leyó el correo evacuaron a los presentes a la parroquia del colegio y llamaron a los bomberos. Una particularidad fue que a la mañana sólo estaban cursando el nivel inicial y primario ya que el secundario cursa a la tarde. Esto provocó cierto malestar en los padres de los niños ya que, además de que tuvieron que interrumpir sus actividades para ir a retirarlos, se mostraron preocupados al saber que chicos de tan corta de edad se vieron envueltos en una situación estresante. “Ya no se puede seguir así; es algo que se fue de las manos, no se puede exponer a nenes tan chiquitos a esto. Aparte es un trastorno para los padres; en mi caso, al igual que muchos otros, estaba trabajando y no podía salir para venir a buscar a mi hijo. Como éramos varios en esa situación un grupo de madres los retiró a los chicos y los llevó a una casa y nosotros tuvimos que ir a buscarlos de ahí y después volver al colegio para buscar sus pertenencias”, explicó Rosana Manca, madre de un nene de primaria.
El Nueva Concepción recibió la amenaza cerca de las 11. Los alumnos del secundario fueron trasladados hacia el parque 9 de Julio y los estudiantes del jardín y el primario hacia la avenida Avellaneda. “Empezó a sonar la alarma y pensábamos que era un simulacro, no una amenaza de verdad. Tuvimos que salir rápido así que no pudimos agarrar nuestras cosas; ahora tenemos que esperar a que nuestros padres nos busquen o que manden un mail auorizándonos a irnos para poder buscar nuestras cosas”, contó Ximena, alumna de sexto año de la institución.
La teoría del reto: alumnos creen que los responsables son un grupo de chicos de distintos colegios
Entre todas las versiones y teorías que circulan entre los docentes las autoridades y los investigadores respecto de quién puede estar detrás de las falsas alarmas, algunos alumnos del Colegio San Carlos creen que podría tratarse de un grupo de chicos, conformado por estudiantes de distintos establecimientos, que se ponen de acuerdo para realizar las amenazas. “Eso se habla entre los chicos del colegio”, dijo Milena.
Algo similar plantearon la semana pasada fuentes policiales y el director de la Escuela Congreso, Jorge Soria, cuando dijeron que las amenazas podrían haber sido realizadas por alumnos influenciados por un reto viral de Tik Tok.